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viernes, 18 de febrero de 2011

De sonetos (II)



Que el soneto nos tome por sorpresa,
que el soneto nos pille confesados.
Aunque tú y yo estemos encadenados
con una lucha lejana y perversa


no dejemos que caiga la traviesa
que sostiene de pie nuestros tejados.
Pero si nos volvemos estrellados
tras una noche larga y portuguesa,


no cejaré de ser dinamitero
ni arrinconar de espaldas tu control
para encenderte así el disparadero


de que sepas que no voy de farol
cuando te suelto así por lo fardero:
me hace falta un polvo y un buen rock&roll.

4 comentarios:

Está muy bien, alakano. Es un soneto muy ocurrente y suena fenomenal. Si acaso, ese útimo verso... jaja.

Los últimos versos de los sonetos, de los grandes sonetistas incluso, suelen muchas veces ser lo peor. Con maravillosas excepciones, como el famosísimo "en tierra, en polvo, en humo, en sombra, en nada.", del Gongorita, o el "polvo serás, mas polvo enamorado", del Quevedillo.

Los tíos, siempre obsesionaos con los polvos.

Saludos

Es que la canción de Sabina acaba así, Clara. No soy tan original.
Saludos

JAJA. ¡Está bien! Aunque te encuentro más romántico que de costumbre. ¿No te estarás enamorando? :))

Bueno, lo del polvo y el rock&roll quedará sin abordar por razones de peso, pero comprendo que estén en el horizonte.

Un beso, mi amigo. Gigante como vos.

¿Nos traerás una foto de la Alhambra?
¿A que no eres capaz de conseguir la Puerta del Vino sin gente?

:)

A mi me el final me ha dejado pasmada!!! Tanto requiebro para un polvo, oyes.