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lunes, 31 de enero de 2011

Joaquín y Marta


Érase una vez que se era…cuatro hermanos que eran peces y que vivían todos juntos y contentos en un enorme estanque que existía en una tienda donde vendían loros, arañas, culebras, tortugas y ranas de San Antón. En esa gran piscina también vivían, además de sus padres, siete u ocho tíos, un montón de primos y una multitud de parientes más lejanos. Cada familia tenía su casa y por las noches, cuando apagaban la luz del estanque, cada cual se iba a su escondite hasta el día siguiente. Ellos vivían en el hueco de un tronco de madera sumergido en el fondo a mano izquierda, junto a la roca de broma que lanzaba burbujitas y detrás de una planta de algas verde claro fosforito que servía para esconderse y jugar al aquí te pillo.
El primero de los cuatro hermanos se llamaba Lucas. Era casi totalmente blanco, con unas manchas de color naranja y unas aletas grandes, blanditas y vaporosas con las que se paseaba a lo largo y ancho del vecindario para que viesen lo guapo que quedaba. Como era un presumido, tenía pocos amigos y con tanto paseo se le había olvidado jugar. Luego estaban las gemelas, Dime y Dame las pusieron de nombre. Su color era anaranjado, muy fuerte, de un rojo casi brillante. Las aletas no eran tan vistosas como las de Lucas, pero se pasaban el día nadando una tras la otra a toda velocidad, chupando y escupiendo piedras, mordiendo las hojas de las plantas o haciendo zancadillas a cualquier despistado que no mirase por dónde iba. A su hermano Lucas, por ejemplo.
El último y más pequeño de los cuatro se llamaba Joaquín. Aunque era el más enano de todos, era sin embargo el más listo. Fue el primero que aprendió a sumar y fue el primero que se enteró de que eso de chupar piedras y escupirlas es una tontería. Joaquín se vestía de varios colores. Aunque en el fondo llevase una camiseta naranja como sus hermanas, tenía manchas pardas y blancas, dos grandes motas negras detrás de las orejas y cada aleta era de un color diferente, siempre podía adivinarse de él si iba o venía.
Sucede que en la tienda aquella del estanque donde vendían loros, arañas, culebras, tortugas y ranas de San Antón, también vendían peces. Un día de este otoño a la hora de la comida, cuando estaban todos en la parte de arriba dando mordisquillos a los copos de pienso, apareció una mano con un mango negro y una red y los pilló a los cuatro antes de que se dieran cuenta. Al principio se asustaron un poco porque los sacaron del agua y todos se pusieron a dar coletazos y a patalear como si les estuvieran haciendo cosquillas, pero pronto los metieron dentro de una bolsa de plástico con agua y se tranquilizaron algo. Otra mano agarró la bolsa por arriba y anduvo paseándola por la ciudad durante al menos media hora. Aquel día, Joaquín y sus hermanos que solamente conocían los rincones, las plantas y los trucos del estanque donde habían vivido, vieron un montón de cosas: las algas verdes estaban fuera del agua y no se movían lentamente, la luz que les iluminaba era más fuerte, las burbujas habían desaparecido, todo estaba lleno de agujeros y sitios para esconderse, existían peces que volaban y que, en vez de aletas, tenían plumas y pico. Y, sobre todo, también había otra clase de peces más grandes de colores diferentes y apagados y que extrañamente se mantenían erguidos sobre la aleta de la cola que se les había alargado y dividido en dos. Algunos de ellos tenían cristales en los ojos, otros usaban parches negros también en los ojos, unos pocos echaban humo por la boca y, los más raros, se ponían adornos en las orejas y se pintaban de colorines.
Tan despistados estaban mirándolo todo a través de la pared transparente de la bolsa de plástico que no volvieron a enterarse cuando la mano grande se acercó, cortó el recipiente haciéndole un agujero y los volcó como en un tobogán dentro de otra casa nueva más grande que la bolsa y que también tenía paredes transparentes pero duras. Esta casa no estaba del todo mal, el fondo era de piedrecitas de colores, había un cofre que se abría y cerraba solo dejando ver en su interior, cuando la tapa subía, una calavera y unas monedas de oro mientras soltaba un grupo de burbujas. También había plantas verdes y rojas, dos troncos en cruz, una caja negra que lanzaba un chorro de agua limpia y un tubo brillante en el techo que hacía que los colores resplandeciesen. Lucas, tan presumido, se dedicó a pasear desde el principio. Y más ahora, que estaba en un escaparate. Dame y Dime, apenas pasado el susto del tobogán, comenzaron a jugar, a perseguirse y a buscar escondites nuevos desde donde pudieran hacer zancadillas. Joaquín no estaba tan contento, echaba de menos a sus primos, a las historias que le contaban sus tíos y a poder contar y sumar el número de vecinos que pasaban delante de la puerta de su casa. Dos veces al día se abría una trampilla en el techo de la nueva casa y aterrizaba en la superficie del agua una multitud de copos de colores que olían muy bien, servían para comer y que luego se quedaban flotando entre dos aguas dejándolo todo hecho un asco.
De cuando en cuando, al otro lado del cristal aparecían grandes caras de peces de esos que viven fuera del agua, de esos raros que se ponen cristales en los ojos o se pintan de colorines. Fabricaban muecas, enseñaban los dientes, se les agrandaban las pestañas y también hacían palmas los que eran más pequeños. Una vez al día, la luz del techo se encendía. Y una vez al día, la luz del techo se apagaba.
Un día de este invierno, al poco rato de que se encendiese la luz esa que hacía que los colores resplandeciesen, al otro lado del cristal apareció una cara diferente y diminuta. Lucas, Dime y Dame, como estaban con sus cosas, ni se dieron cuenta. Joaquín, sin embargo, se quedó hipnotizado mirando aquellos rasgos pegados a su hocico en la otra parte de la pared. Tenía unos ojos color verde marihuana, con una raya vertical en el lugar de las pupilas, ocho bigotes blancos a cada lado de la chata nariz, un antifaz de color marrón y negro y, cuando entreabría la boca, se adivinaban unos dientes blancos y afilados.
-Hola. ¿Cómo te llamas? –dijo la cara nueva del al otro lado-.
-Hooooola. Me llamo Joaquín y estoy aquí con mis hermanos. ¿Y tú?
-Me llamo Marta. Oye… ¿tú eres un gato?
-¿Yo? ¡Qué va! Yo soy un pez y cuando crezca ya verás lo grande que me voy a hacer.
Todo el mundo sabe que los gatos y los peces se entienden a las primeras de cambio. Y el que no lo sepa, es tonto. Además, no están tan atrasados como los humanos, que necesitan las palabras para entenderse. Marta y Joaquín se comprendieron desde el primer momento pese a que había un cristal de por medio y pese a que uno estaba dentro del agua y la otra fuera de ella. Desde aquella primera vez, cuando la mano grande encendía por las mañanas la luz brillante del techo que hacía que los colores resplandeciesen, Marta la gata se sentaba en un poyete al lado de la pecera y al instante, al otro lado, aparecía Joaquín el pez.



Así se pasaban horas y horas, charlando y hablando mientras se miraban. Marta le contaba sus aventuras en el patio como cuando corría tras los mirlos y las lagartijas o aquella vez que a ella la persiguieron dos urracas gruñonas que querían picotearla. Joaquín se sabía un montón de historias que le habían contado sus tíos cuando vivían todos juntos en el estanque grande y volvía a narrárselas a ella con algún tipo de adorno para hacerla reír y verle los dientes blancos y afilados.
Una tarde, sucedió que a la mano grande que abría la trampilla del techo y dejaba en la superficie del agua una multitud de copos de colores que olían muy bien y que servían para que Joaquín y sus hermanos comieran, se le olvidó cerrarla y la dejó abierta. Aquella tarde, la gata y el pez, además de poder verse, charlar y contar historias, se tocaron. Marta metió la zarpa dentro del agua y, con las uñas a medio sacar, le rascaba a él el lomo o la tripa según se pusiera mientras nadaba. Joaquín, a ratos, le mordisqueaba a ella los huecos que tenía entre las almohadillas de la pata, haciéndole cosquillas y calambres. Esa tarde hablaron poco.




Por las noches, cuando las luces se apagaban y todos dormían, incluso los peces raros esos de fuera, esos que eran grandes, tenían cristales en los ojos y se pintaban de colorines, Marta hacía excursiones porque era muy curiosa y le gustaba investigar. Una noche de este verano, cálida y silenciosa con la luna grande allá arriba, la gata saltó la tapia del patio y se dirigió hacia un gran charco de agua que ya había visto desde la terraza de arriba. Cuando llegó a la orilla se dio cuenta de lo grande que era el charco. ¡Qué pedazo de charco! Como además de ser gata y curiosa era muy limpia, se metió dentro de él un poco para limpiarse las patas y de paso investigar. Tanto se metió que el agua le llegó hasta la tripa y empezó a nadar. ¡Anda! –pensó- ¡Si lo hago casi tan bien como Joaquín!. Tan bien lo estaba haciendo que al poco tiempo empezaron a aparecer a su alrededor peces grandes y pequeños, de colores, blancos, grises y azules. Y como todo el mundo sabe que los gatos y los peces se entienden a las primeras de cambio y el que no lo sepa es tonto, los peces de alrededor comenzaron a decirle cosas a Marta tales como: “You are single?”, “¡Qué ojos tan bonitos!”, “Te invito a gambas”, “¿Te gusta el mar Egeo?” o “¡Vaya preciosidad de aletas!”. Ella no les hizo mucho caso porque estaba enamorada de Joaquín, de sus colores, de sus historias y de la dulzura y suavidad que empleaba cuando le hacía cosquillas entre las almohadillas de la zarpa en aquellas veces en que a la mano grande se le olvidaba cerrar la trampa por donde metía el pienso de colores.
A la mañana siguiente, después de que la luz del techo que hacía que los colores resplandeciesen se encendiese, Marta se lo contó todo.
-¿Sabes? –le dijo- he descubierto un charco gigante que está lleno de peces como tú, pero más feos.
-¡Ahí va! ¿esos no serán mis tíos y mis primos?
-No se, pero es muy divertido, hasta se puede nadar.
-¿Y hay paredes de cristal? –preguntó Joaquín-
-¡Qué va! Lo único que hay es agua –contestó ella-
Esa mañana, de lo único que hablaron fue del charco aquél, aunque ninguno de los dos sabía que aquello era el mar.
Una o dos veces por semana, Marta saltaba la tapia para acercarse al mar, aprender a nadar mejor y de paso contarles a esos otros peces grises, blancos y azules las historias que Joaquín le había contado a ella y que él había recibido de sus tíos.
-Oye… -le preguntaron una vez- ¿y ese Joaquín no puede venirse aquí con nosotros a jugar y a contar historias?
-No puede –contestó Marta- Está metido en una caja de cristal y no le dejan salir.
-Jooooooo… ¡qué rollo! –dijeron los peces grises, azules y blancos-


La gata se quedó pensando que era cierto eso de que era un rollo que el pez estuviese metido dentro de una caja de cristal y que no pudiese contar sus historias nada más que a ella. Así que, en un total secreto muy secreto de esos secretos que no se cuentan a nadie se puso a maquinar un plan.
Esperó y esperó hasta que a la mano grande se le olvidó cerrar otra vez la trampilla por donde metía el pienso de colores. Aquella vez, en lugar de meter la zarpa para rascarle al pez la tripa o la espalda según nadase, metió la cabeza.
-¡Qué ojazos! –exclamó Joaquín, tan cumplidor-
-Ahuuum –hizo ella- Y lo pilló con los dientes blancos y afilados.
-¡Aaaay! ¿qué haces?
-Te voy a llevar a ver el charco grande, tonto. –dijo la gata que, aunque le había cogido entre los dientes, lo había hecho sin pizca de daño-
Dicho y hecho, con el pez entre los colmillos blancos y afilados, Marta volvió a saltar la tapia como lo hacía cada tres o cuatro noches y, a toda velocidad, se presentó en la orilla del charco en un plis-plas. Una vez allí, se metió dentro del agua hasta la tripa, como cuando se entrenaba para natación, y lo soltó.
-¡Guau! –chilló Joaquín- ¡Este charco si que mola!
-Sabía que te gustaría, trasto –sonreía Marta-
Como la gata ya sabía nadar y el pez estaba la mar de contento, se pasaron todo el día brincando, saltando, haciéndose ahogadillas y jugando a las carreras. Claro, en eso de las carreras siempre ganaba Joaquín que para eso era un pez.
A partir de entonces, apenas amanecía, la gata saltaba la tapia y se iba a la orilla del mar a hablar con él, a entrenarse con lo de la natación y a jugar a la fabricación de castillos de arena submarinos. Pasaron así varios meses y una mañana de invierno gris, por mucho tiempo que Marta estuvo esperando, Joaquín no apareció.
-Se habrá dormido –pensó-
Al día siguiente, más frío e invernal, lo mismo.
-Estará contando historias –imaginó-
Al tercer día, como tampoco aparecía, empezó a preocuparse.
-¿Se lo habrá comido un pez gigante? –lloró-
Al cabo de una semana, la gata comenzó a resignarse con la idea de que el pez se habría ido tras una corriente marina o media docena de gambas. Pero ella seguía yendo a la orilla del mar todos los días, sin faltar ni uno. Cuando llegó la primavera y el tiempo comenzó a mejorar, en una de esas visitas diarias al charco gigante, mientras ella miraba el horizonte con la mirada perdida y suspirando, a un metro escaso de su zarpa apareció la cabeza de él.
-¡¡¡ Martaaaa !!! –chilló-
-¡¡ Joaquín !! pero… ¿dónde te has metido?
-He estado viajando y he hecho un amigo muy importante –contestó él con voz grave pues ya había crecido- Mira, te lo voy a presentar.
Y yéndose hacia atrás, señalando con su aleta como si fuera una especie de mago, soltó:
-Voilá!!!
De repente, mar adentro, en el sitio donde él señalaba, el agua empezó a borbotear y agitarse, los rayos del sol iluminaban centradamente en ese sitio y de las profundidades marinas empezó a surgir una figura. Primero, una gran corona. Más tarde, la punta de un tridente. Luego, unos cabellos blancos y rizados con dos ojos más abajo intensamente azules. Era una especie de gigante con sonrisa amable y barba blanca.
-Oye… ¿y éste quien es? –preguntó ella algo asustada-
-Este es un amiguete que he descubierto en el viaje y que sabe hacer trucos. Espera y verás –contestó Joaquín-
En verdad era un gigante. Cuando todo él estuvo fuera del agua, su cabeza llegaba a tapar el Sol y lo hacía aún más impresionante. Su sombra alargada se extendía mucho más allá de la orilla y, de repente, todo se calmó: las olas desaparecieron, el viento dejó de soplar, las gaviotas y los pájaros debieron esconderse y un silencio grave lo cubrió todo, presagiando que algo fuerte y milagroso iba a suceder. El gigante fue elevando poco a poco el brazo donde sostenía el tridente apuntando con él directamente a Marta que, más asustada aún, no se atrevía ni a mover un pelo. De improviso, desde la punta del arpón salió un rayo electrizante y azulado con un leve bisbiseo que envolvió a la gata en una bola vaporosa también azul y fosforescente. Después, muy poco a poco, todo fue volviendo a la normalidad, el gigante del pelo blanco y la corona comenzó a sumergirse y cuando el mar lo tragó por entero, la brisa sopló de nuevo e hizo aparecer las olas; los pájaros y las gaviotas volvieron, el silencio despareció y, con él, la bola azul fosforescente que a ella tenía envuelta.
-¿Qué ha pasado? –preguntó Marta, aún aturdida-
-Nada. Anda, ven –la invitó Joaquín-
Mientras la gata se adentraba poco a poco en el agua su figura fue cambiando. Las patas se le acortaron y convirtieron finalmente en aletas. Su cola se transformó en otra aleta timonera fuerte y poderosa. El cuello se le acortó, engrosó y unió su cabeza al cuerpo todo en uno. Cuando se sumergió totalmente ya no era una gata. Era otro pez. Conservaba los colores que había tenido en la Tierra y sus ojos verdes marihuana también.
-Oye… -volvió a preguntarle- ¿ese quien era?
-Olvídalo. Era un amigo que nos trajo suerte –finalizó él-
Joaquín y Marta siguen aún viviendo en algún lugar escondido de ese charco grande. Se casaron, son muy felices y todos los años, cuando la luna llena ilumina las noches de verano, cuentan sus historias a todos los hijos que van teniendo. Estos hijos se llaman, naturalmente, peces-gato.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

GENTILEZA DE ZIENCIA, QUE ME HA CEDIDO SU ESPACIO..

LA DEFINICIÓN DE BILBAO:
Bilbao (Bilbo) es una ciudad del País Vasco que abarca toda Europa y parte del extranjero (incluyendo Begoña) y ¡cuidado!, Bilbao está en constante expansión. También está rodeado por el Océano Atlántico y el Pacífico; ambos desembocan en el Nervión. Se cree que el Edén, en su día, pudo estar en el centro Bilbao, las siete calles de hecho pueden hacer referencia a los siete días de la creación. En Bilbao se inventó el fuego, el arco y la flecha, la rueda, el txuletón, la txapela, el sofá, el kalimotxo, la siesta, la cuadrilla y la WIFI. Y no en ese orden de importancia precisamente.
Bilbao es el país donde siempre sale el sol, porque si no sale lo sacan a hostias... Los que son de Bilbao nunca lo comentan porque se reconocen los unos a los otros, y así no hieren a la gente que tiene la desgracia de no ser de allí. (aunque en realidad se sabe que el mundo está dentro de Bilbao, por lo que se demuestra empíricamente que los que se autodenominan bilbaínos son en realidad los que se dieron cuenta de ello, ya que uno de Bilbao nace en donde le salga de los cojones).

Desde 1974, Bilbao es la capital del mundo (más que nada porque dieciocho de cada diecinueve seres humanos somos de Bilbao)... ¡los demás que se jodan!

PARA SER UN BILBAÍNO DE COJONES NO SE DEBE OLVIDAR:

-Un bilbaíno nunca rechaza una apuesta, sobre todo si quien reta añade el prefijo "A que no hay huevos..."
-Un bilbaíno siempre apoyará al Athletic (y el que no, a la ría de cabeza). -Un bilbaíno se irá a potear todos los sábados y a cantar bilbaínadas.
-Un bilbaíno tiene que peregrinar por lo menos una vez en su vida al Pagasarri.
-Un bilbaíno nace sabiendo jugar al mus y nunca rechaza una partida.

VOCABULARIO BILBAÍNO BÁSICO:
Sinsorgo: Persona insulsa, insustancial, a falta de un hervor, cualquiera que no sea de Bilbao.
Sirimiri: Lluvia fina, entre lluvia y niebla. A los de Bilbao no moja, sino que refresca.
Clemente: dios del olimpo rojiblanco y del Athletic.
Guerrero: Julen, otro dios del olimpo rojiblanco y del Athletic.
Gooooool: grito que se emite al alcanzar el orgasmo, si el que marca es el Athletic.
Alirón: grito de guerra bilbaíno; esta palabra hace huir al mismísimo Chuck Norris(en desuso desde hace unos 25 años).
Mokordo: Excremento.
Tximbera: Carabina.
Mojojón: Mejillón. No confundir...
Seso: sexo. Dada la confusión a la que lleva la palabra, los bilbaínos no follamos.
Txikito: Un vasito de vino (tinto y preferiblemente de tapón de plástico plano y con sabor de las bodegas de Durango).
Kalimotxo: Tinto de tetrabrick y Gorbea Cola (en su defecto gaseosa Crus de Gorbea, que revitalisa cuerpo y mente lahostipues!!)
Ahí mismo: Distancia estimada en unos 755 Km.
Como mi mano de grande: Similar a la superficie de la luna.
Hostia: Golpe equivalente a 500 kilotones. Mortal para el que no es de Bilbao.. Para un bilbaíno es una forma de saludar.
Aupa: Palabra comodín. Sirve para todo. Para los que no son de Bilbao, conocer esta palabra es una buena forma de relacionarse.
Epa: variación de Aupa, pero no tan versátil. Sustituye a "hola" cuando la ebriedad impone ahorro de movimientos faciales.
Pues: Otro comodín. Aparte de para todo, también sirve para preguntar por qué.
Katilu: Vaso o recipiente inagotable que conduce irremediablemente a un estado de ebriedad interesante, conocido como "La llamada del Katilu".
Fresco (¡hace fresco!): Temperatura bajo cero.
Potear: Tomar tantos litros de vino como se pueda en el menor tiempo posible y en vasos pequeños. Normalmente acompañado por canciones populares como "Un inglés vino a Bilbao".
Aibalaostia: Frase muy común de significado desconocido.
Coño: La única definición que se conoce en Bilbao de esta palabra es la que se usa para expresar sorpresa (aunque normalmente fingida; los bilbaínos NO se sorprenden).

(Por si quedaban dudas ........), seguiremos informando.

FIDEL CASTRO ME DA LA RAZON (Y LEE SALACIENCIA)


La grave crisis alimentaria

31 ENERO 2011 HAGA UN COMENTARIO
Hace solo 11 días, el 19 de enero, bajo el título de “Es hora ya de hacer algo”, escribí:
“Lo peor es que en gran parte las soluciones dependerán de los países más ricos y desarrollados, quienes llegarán a una situación que realmente no están en condiciones de enfrentar sin que se les derrumbe el mundo que han estado tratando de moldear…
“No hablo ya de guerras, cuyos riesgos y consecuencias han transmitido  personas sabias y brillantes, incluidas muchas norteamericanas.
“Me refiero a la crisis de los alimentos originada por hechos económicos y cambios .....
LEER EL ARTICULO COMPLETO
Referente al Post.. Egipto algunas claves : (27/01/12).....El país del Nilo, con una población de más de 80 millones de personas de las que casi la mitad viven por debajo del umbral de la pobreza, solo ha visto auténticas revueltas callejeras cuando el precio del pan se ha incrementado.....

domingo, 30 de enero de 2011

TIC TAC


Ramondd nos desea un estupenda semana. No es un buen comienzo?

SOBRE TODO LA ÉTICA...


Riiiiiiiiiiinnnnngggggg...



Riiiiiiiiiinggggg…

-¿Si?
-¿Manolo?
-Manolo no está, ¿quién eres?
-Cooooñooo, no me empieces a hacer el chorras…
-Perdona, Enrique, no te había conocido. Pensaba que era un encuestador que quiere rebajarme la pasta que pago por el ADSL.
-Ya, ya… bueno ¿qué? ¿Cuándo comemos?
-Hombre, comer, comer lo que se dice comer, yo como a diario y más de una vez. Tú dices salir a comer por ahí ¿no?
-Qué graciosillo. Claro, eso digo, salir a comer por ahí porque tú invitarme a tu casa no me invitas ¿no?
-Pues te invito, pero para eso necesitas dos cosas que debieras saber.
-A ver…
-La primera, llamas a mi mujer y hablas con ella, a ver qué te dice. Y la segunda es que si vomitas, recoges tú el puré, cabronazo….
-jajajajajaja… serás…
-Chi sara, sará… anda ya que estás más visto que el tebeo
-Joer tío, para una vez que te pido un favor…
-Pues sí que es raro, tú nunca pides favores cuando llamas. ¿Y qué pasa hoy?
-Pues eso, que si comemos…
-Ya. Comida, copas y charla ¿no?
-Venga, hombre, que ando jodido…
-¿Jodido? Mira, hacemos una cosa… te reservo mesa en El Frontón, te dejo una cuenta pagada de 100 euros, te envío 50 más en una transferencia para copas y además te mando un amiguete jesuíta para que te acompañe comiendo y te de cuerda.
-Joder, Manolo, es que yo te necesito a ti…
-Oye, a mí, mariconadas, pocas… ¿qué pasa? ¿ya te has quedado sin ligues?
-Por eso quiero hablar contigo, coño
-La leche que te dieron, qué paciencia hay que tener contigo… oye… ¿y no te puedes ir de putas o de viaje al caribe o a Siberia?
-Venga, coño, Manolo, que tengo problemas, en serio…
-¿En serio tienes problemas?
-En serio.
-¿Tú pagas la comida?
-Vale
-¿Y las copas?
-Vale
-No más de dos copas ¿eh?
-Vale
-Enrique…
-¿qué pasa?
-Tienes un problema.
-No te jode, eso ya lo sé yo.
-Tío, debes estar ya entrando en la edad de los metales, me parece…
-¿La edad de los metales?
-Claro. Plata en las sienes, titanio en la boca y plomo en la polla.
-jajajajajaja…. Cabronazo eres….
-Vale, pero tú pagas la comida y la copas no más de dos.
-Vale ¿cuándo?
-El martes, a las dos. Donde siempre.
-Okis, el martes. Oye…
-Dime Enrique.
-Gracias y Feliz Navidad.
-Feliz Navidad, capullo.

INCERTIDUMBRES


Cada vez menos certezas, Ramondd... cada vez menos pero más arraigadas.
Que sea feliz, para ti también, el domingo (o lo que queda de él)

sábado, 29 de enero de 2011

CLAVES



Ramondd, las claves, a veces, las encontramos en las cosas mas sencillas.

viernes, 28 de enero de 2011

Cada uno da lo que recibe...









Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
Jorge Drexler



Una postal de Ramond , una canción de Drexler , que mas???? 







ELOGIO DE LA SOMBRA (tanizaki)

De vez en cuando, me gusta revisar la biblioteca, y siempre acabo reencontrando viejos libros, casi olvidados, libros que en algún momento, alguien me regaló, o que me llamaron desde el estante de alguna librería y como cachorro perdido, me los llevé a casa.
Hoy, entre los más humildes de ellos, escondido entre los de bolsillo, pequeño y agazapado, he encontrado uno que me ha devuelto a mis tiempos estudiantiles, cuando todavía pensaba que mi vida iba a ir por los sinuosos derroteros del arte
 Se trata de un librito de apenas 90 páginas, que se llama “el elogio de la sombra” de Junichiro Tanizaki. Habla Tanizaki de la diferente percepción que tenemos en Occidente con respecto a Oriente de la belleza y de la luz; dice que asi como en Occidente la luz es el más poderoso aliado de la belleza, en Oriente es la Sombra.El arte Japonés se basa en captar la esencia de la sombra. Para un japonés lo bello no es la sustancia en si, sino el juego de claroscuros que forman las diferentes modulaciones de las sombras.
Desde el concepto de casa japonesa, hasta la más prosaica de las estancias de una residencia japonesa, están concebidas para que la belleza de las sombras, formen parte de la vida diaria.
Los shoji.. los paneles de papel que hasta no hace mucho eran los tabiques de las casas japonesas, cumplían esa labor, dando una apariencia de sombras chinas a los que los habitaban.
Para el occidental el brillo es bello, para el japonés lo opaco. Un occidental limpiaría sus cubiertos y utensilios de plata hasta que estuvieran brillantes, un japonés los deja que la pátina los vaya matizando hasta que casi su brillo desaparezca.
Una casa tradicional japonesa, es como un dibujo en tinta china, tiene su parte donde la tinta se concentra, el Toko no ma, (donde no llega el sol), normalmente la única decoración de la estancia y luego a su alrededor objetos puestos como claroscuros de sombras rodeándolo..
Maravilloso estudio del concepto estético y pensamiento Oriental en unas paginas, en las que Tanizaki, va desgranando desde los colores de las lacas, los trajes, los efectos de las luces, el vestuario de las mujeres japonesas y la belleza de los espacios vacíos, es fantástica su descripción de el simple acto de tomar una sopa: “desde que destapas un cuenco de laca hasta que te lo llevas a la boca, experimentas el placer de contemplar en sus profundidades oscuras un líquido cuyo color apenas se distingue del color del continente, y que se estanca, silencioso, en el fondo.”
Tanizaki.... El Elogio de la sombra…(Ed. Siruela)

jueves, 27 de enero de 2011

MUERTE DE SEDA


Extraigo del armario las medias negras que tú me regalaste.
El escenario está silencioso.
No hay público, porque hoy sólo actúo para un ánima.
Surge el contoneo  frenético y recuerdo a un hombre cabizbajo.
Surgen los pechos de una mujer y resucita la pasión de un amante. 
El sombrero entre las manos, y apreso tu recuerdo.
El rostro entre las rodillas, y las medias  esconden mis lágrimas.
Quiebro mi cintura y sé que ha llegado, ya, el amargo final del tango.
De nuestro tango.

LA NOCHE

Nos encontramos hace cinco años.

Cruzamos las vidas al acercarse la oscuridad en una esquina de esa aldea en que nos perdemos cuando ya no nos queda ni el aliento para expirar. Un abrigo y unas medias de seda negra eran toda mi riqueza aquella noche. Desde entonces, la música de un tango aún no escrito conduce mis labios hasta apresar tus ojos y odiar tu libertad y mi recuerdo. Dolor y pasión, tristeza efímera que deja paso para sentir el amor y la ira contenida de tu abrazo. Sólo contigo he bailado ese tango que nos hace ceder cuando te beso. En esa danza no hay miedos, ni esperanzas, ni sueños, sólo el delirio de dos cuerpos acariciándose, separándose, odiándose, amándose. Es nuestro tango.

Dices que mis pasos te llamaron aquella primera vez. Que tú no escuchabas las palabras, solamente escudriñabas las pisadas del silencio, y que las huellas cálidas de mis pies  desgranando una melodía que nunca habías escuchado, te hicieron seguirme. Me dijiste que oíste las notas de un violín clavadas en mi cintura, la pasión de un piano desafinado y  la ternura de una guitarra que no sabía, aún, a quién tenía que acariciar. Sentiste el canto más triste que nunca haya perfilado el alba. Supiste que no tenía a nadie con quién bailarlo.

Hoy has venido al cabaret. Levantas tu copa y brindas. Sé que mañana iré a buscarte.

MAÑANA

Son las tres de la madrugada y no hay nadie en las calles. El frío es intenso, como siempre que vengo a éste pueblo. Un pequeño charco nacido de la lluvia aparece amordazado por el hielo. El carámbano brilla bajo la luz de la farola,  y en el centro aprietan tres rendijas  que poco a poco van resquebrajando la suavidad del agua. Me inclino y acaricio esa hendidura que se asemeja demasiado a la vida. Sólo un quejido al romperse y llegará a ser como la existencia.

Al levantarme, recuerdo a quién he pagado y la razón.

Bordeo el barrizal y camino hacía la casa. Únicamente me arropan, de nuevo, un abrigo y medias de seda negra. Alguien me dijo alguna vez que, así cubierta, hablaba de pasiones contenidas, de vivencias que rompía, a solas, cada anochecer y que recomponía igualmente, en soledumbre, cuando despuntaba el alba.

Abrí la puerta y allí estabas.

EL LECHO

Mientras te beso, el abrigo se desliza suavemente, hasta retorcerse en el suelo. Nos tendemos sobre un lecho de sábanas rojas con tu camisa, blanca, que aprisiona mi espalda hasta casi quebrarla. Parece que espera tu sangre. En el cenicero se van apagando los cigarrillos, igual que hemos ido gozando nuestros cuerpos y consumiéndonos éstos meses, sin pausas. Varios candelabros alumbran la estancia y miro, cuando apresas mis pechos, las baldosas, tan iguales a las de entonces. ¡El pasado, ese maldito pasado que me enloquece, tanto como el hombre ante el que estoy sucumbiendo!.

Cuando todo termina, me abrazas y cubres mi desnudez con la sábana. Me cuentas hermosas historias muy pegadito al oído, y yo escucho mientras cierro los ojos.

Suenan las siete de la mañana en el reloj de la plaza. Te levantas y, mientras callo, depositas en mi mano una rosa amarilla, mis preferidas. Es tu despedida, igual que siempre. Pero sé que no volveremos a encontrarnos otro amanecer, ni nuestras dos soledades deambularan silenciosas ninguna otra noche. 

Te han disparado cuando abrías la puerta. Dos tiros frente a mí, y ni un gemido se escapa de mi garganta. No hay llantos, ni palabras, ni lamentos, ni abismos ni infiernos por el hombre que acaban de acribillar a balazos. Porque cuando apretaban el gatillo, mi alma estaba ya muerta.

Me he arrodillado para abrazarte. Me miras y sacas del bolsillo de tu camisa, antes blanca, ahora rojiza, un papel. Chorrea la sangre por la comisura de tus labios y la bebo con mi último beso. Un temblor sin valentía y un estertor agudo, y yaces muerto entre mis brazos. El folio, arrugado,  quema mis dedos tanto como la sangre que intento taponar con mi piel. Lo extiendo sobre tu pecho y leo.

Sabías quién era  y que te mataría.

Ejecutaste a mi padre cuando yo tenía doce años. He encargado que te maten, en su nombre.

CABARET

Vomito sobre las butacas de la primera fila, vacías. Es tu hijo, que se retuerce en las entrañas. Quiere nacer. Pero yo ya no tengo vida. Asesiné mi esencia de mujer cuando pagué tu ejecución.

Alacena de las Monjas




AMNISTIA INTERNACIONAL

Abrir el email y encontrar noticias así, es lo que te hace, día a día, seguir pensando que la lucha de todos significa la libertad de muchos. Quizás no tantos como nos gustaría, pero cada persona excarcelada, cada persona salvada de una lapidación, cada niño que puede aprender a leer y escribir, cada injusticia que se frena...., es la base para que nunca se pierda la esperanza de una lucha cada vez mayor y de más personas en pos de los derechos humanos que se violan, en cualquier parte del mundo.

Un saludo.
Alacena de las Monjas
Entrando en el link, se puede firmar por la libertad de los presos en Túnez.
http://info.es.amnesty.org/c/mv



Hola Dolores
Te escribo con la buena noticia de la puesta en libertad dealgunos presos de conciencia en Túnez. Entre ellos, está el periodista FahemBoukadous, que cumplía condena de cuatro años de prisión tras un juicioinjusto:

“Quiero dar las gracias a todos los miembros de AmnistíaInternacional por hacer campaña en favor de mi excarcelación. Me he unido aAmnistía Internacional no sólo por mis convicciones, sino también porque elapoyo que me ha dado la organización durante el juicio. El apoyo que herecibido será algo que no olvidaré en el resto de mi vida.”

Estas letras de agradecimiento son para ti, Dolores,porque la liberación de Fahem no hubiese sido posible sin tu apoyo y el demiles de personas solidarias que, como tú, formamos parte de AmnistíaInternacional.

De todo corazón, gracias.

Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional – Sección Española
PD. Másde 22.000 personas han firmado contra la represión en Túnez y para quese investigue la muerte de decenas de manifestantes. Por favor, reenvía estainformación y ayúdanos a conseguir más firmas. Tu apoyo puede salvar vidasy devolver la libertad.










LO QUE MOLESTA ES LA INSISTENCIA...


Cuentan que cuando Portugal tenía rey, le querían presentar a un nuevo embajador español que se llamaba Fernando de Porra y Porra. Porra en luso significa miembro viril. Cuando el avergonzado ayuda de cámara le dijo el nombre del nuevo diplomático, el monarca contestó: "lo que molesta es la insistencia"
Espero que me perdonéis la insistencia con mis asuntos moteros, viajes y publicaciones. Pero hay dos noticias que me gustaría compartir con vosotros. La primera es que Un millón de piedras, el libro de viajes en moto por África, está agotado. Está en imprenta una segunda edición ampliada con un nuevo capítulo sobre Mali (que no metí en la primera, que terminaba en Dakar) y un epílogo donde cuento como repatrié la moto a España. Mi patrocinador 2TMoto ha comprado del tirón 300 ejemplares con una portada especial. Igual que hizo BDO con la primera edición. Aquellos a quienes prometí entregar el libro, que no se preocupen, he preferido esperar para que se lleven la edición ampliada. La segunda es un nuevo libro. De vez en cuando me llaman para antologías colectivas. Hace unos años perpetramos un homenaje a Charles Bukowski titulado Resaca Hank Over que se vendió bastante bien. Ahora nos fijamos en la generación Beat y sacamos con Ediciones Baladí un volumen llamado Beatitud on the road.
Beatitud. Visiones de la Beat Generation.
Yo colaboro con un relato motero que se titula On the (Soviet) road (espero que el bueno de Kerouack me lo perdone). En él cuento mi paso por Rusia y mi fallido primer intento de entrar en Kazajstán por ir sin visado.

miércoles, 26 de enero de 2011

LOS JUEVES DE RAMONDD...


Cuando estaremos de acuerdo?.. cuando... Nunca y qué pasa con eso? con el desacuerdo...
NADA NO PASA NADA



Piensa un poco...

Los cigarrillos están envuelto en papel, los recortes son de papel...



POETAS EN SOLEDAD: LEON FELIPE

 "Poetas, nunca cantemos
la vida
de un mismo pueblo,
ni la flor
de un solo huerto ...
Que sean todos
los pueblos
y todos
los huertos nuestros"                 "ROMERO"
                                                   Leon Felipe





 "Los grandes poetas no tienen biografía, tienen destino"

Leon Felipe


OBSOLESCENCIA PROGRAMADA - ( COMPRAR, TIRAR, COMPRAR )

"Se denomina obsolescencia planificada u obsolescencia programada a la determinación, planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible tras un período de tiempo calculado de antemano, por el fabricante o empresa de servicios, durante la fase de diseño de dicho producto o servicio.
La obsolescencia planificada tiene un potencial considerable y cuantificable para beneficiar al fabricante dado que el producto va a fallar en algún momento, obligando al consumidor a que adquiera otro producto nuevamente"....
Tu impresora, aquella que compraste, y que era la leche, la que casi nunca utilizaste, tiene su vida programada, 5 años y a la basura, por que ?? porque estaba planificado que fuera así, lleva un chip que le indica cuando debe morir..
Tu Iphone, ese tan chulo, envidia de tus colegas, sus baterias estan programadas para durar 18 meses.. y no hay recambio..
La Bombillas.. por que se funden ?? hay tecnologia suficiente para alargar su vida.. pero solo las caras te garantizan una mayor longevidad.


Y este es el resultado final...

martes, 25 de enero de 2011

Peter Pan

lunes, 24 de enero de 2011

La Lotería



Esto es una lotería. La clásica, la de toda la vida (incluida ella). Resulta que como ando removiéndole los intestinos a los armarios, el mes pasado la descubrí detrás de un estante con más polvo que la momia de Nefertiti, que era una parva de cuidado. Este artilugio ahora se llama bingo y por las ciudades existen salas preparadas para tal efecto en las que antes permitían fumar. Las escasas veces que he ido a alguna, el ritual es similar: carné de identidad a la entrada, te sitúan en una mesa amplia y redonda, te tomas el cubata a toda pastilla, las bolas salen a un ritmo frenético que no te da tiempo a nada, tanta pantalla de TV aturulla, la voz del que canta es monótona y repetitiva, los rotuladores son de Carioca, los cartones de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y de vez en cuando alguien dice ¡Línea! o ¡¡¡Bingooo!!! y hasta luego Lucas. Llega una especie de fantasma vestido de oscuro, te quita los cartones usados, te pone los nuevos, coge la pasta que está encima de la mesa y a por otra. Y así sucesivamente hasta que se acaba el parné sobre el mostrador o se harta uno de hacer el chorras. Eso sí, cuando sales al aire libre te recorre una paz espiritual inmensa, intrínseca y altamente reconfortante cuando después de suspirar largamente se exclama aquello de: “¡Qué bien lo hemos pasado! ¿eh?”
Naturalmente, nada que ver con la lotería casera. Una larga velada con la familia alrededor, dándole vueltas y sacando del bombo las bolas numeradas ajustadas al tempo visceral de los jugadores es otro mundo. Que uno se va a hacer pis, el bombo se espera. Que otro cuenta un chiste, quieto bombo. Que hay que abrir una botella de Cható Margó Rosé para desengrasar, pues se abre y al bombo que le den. Además, todo el dinero se queda en casa, los cartones son reutilizables porque se tapan con fichas en vez de tacharlos, no hay necesidad de usar rotuladores Carioca y no existen impuestos sobre el juego, obviando los jugosos comentarios en plan pareado que pueden hacérsele con total impunidad al que canta la numeración. Verbigracia: el treinta y siete, por el culo te la meten; el cincuenta y seis, que te coma la pija el rey; el veinticuatro, que le den porsaco al gato; el dieciocho, en la vida has visto un chocho. Y lo ya sabido del cinco. Para más inri, en los intermedios, con la excusa de darle vueltas al brasero de picón debajo de la mesa camilla, podías mirarle las piernas o lo que se terciase a la cuñada que estaba a la izquierda según se baja. Eso sí, cuando en el bombo sólo quedaba media docena de bolas y a todo el mundo le faltaba un solo número para completar el cartón y así poder llevarse el montoncillo de monedas de veinte duros que cada cual había aportado, se despertaba el interés materialista y hasta la cuñada de la izquierda según se baja se estaba quieta y dejaba de incordiar con los golpecitos en la rodilla para que uno se bajase a darle vueltas al brasero de picón o lo que se terciase. En esas ocasiones, lo mejor es que a alguno se le rebelase en contrapartida el sentimiento social y proletario y se pusiera a hacer trampas para así poder cabrear al capitalismo. O pedir el recuento de bolas, toquetear descolocando las que ya habían salido, tumbar como sin querer una copa medianamente llena allá donde más fastidiase, masticar un polvorón y soltar un buen estornudo con perdigones encima de los cartones, las fichas, las monedas, el bombo y la madre que lo parió. Joder, eso sí que era pasarlo bien y lo demás es cuento.
Aún cayendo en la reiteración repetitiva, se me vuelve a venir a la cabeza lo que alguien escribió alguna vez: “… ya no existe aquella vida, la mató el progreso. Como mató la camaradería, el whisky sin soda, la juerga triste, el llanto duro y la ilusión del beso”.
Y para el que no lo sepa, soy hijo único. Lo de las cuñadas era por incordiar.

George Lucas está seguro de que se acaba el mundo en el 2012

George Lucas cree que el mundo se acabará en 2012, declaraba ayer Seth Rogen a The Toronto Sun. 
El actor aseguraba que, durante una reunión con el creador de Star Wars y Steven Spielberg, el primero empezó a hablar del inminente apocalipsis profetizado por los mayas. "George Lucas se sentó y se puso a hablar en serio durante unos 25 minutos acerca de cómo piensa que el mundo acabará en 2012. Realmente, se lo cree", explicaba al diario canadiense Rogen, quien confesaba que se había quedado sin habla.
Mientras Lucas hablaba, Spielberg, según el actor, hacía gestos de incredulidad. "Al principio, pensé que Lucas bromeaba, pero luego me di cuenta de que hablaba totalmente en serio. Y entonces empecé a pensar: «Si eres George Lucas y crees de verdad que el mundo va a terminar en un año, seguro que has construido una nave espacial para ti». Así que le pregunté. «¿Puedo conseguir un asiento en ella?».
Después de que la noticia de la presunta locura de Lucas se extendiera como la pólvora por la Red, un periodista de Wired se puso en contacto con la productora de Lucas, y Hale zanjó cualquier posible duda sobre la naturaleza de la conversación. "Él (Lucas) no hablaba en serio cuando se refería al fin del mundo de 2012; pero es un firme creyente en que el mundo es plano, Stonehenge fue construido por extraterrestres y el Sol gira alrededor de la Tierra. Éstos son algunos de los muchos asuntos sobre los que habitualmente habla largo y tendido con Elvis, a quien va a insertar digitalmente en Indy 5 junto con otros actores famosos muertos".
 astrofoto grancanaria/ globedia.com

domingo, 23 de enero de 2011

CARL SAGAN BY RAMONDD



Perros flacos



No hace mucho, mi amigo Argüelles me comprometió a recordar lo que se citaba sobre los perros flacos en el Martín Fierro. Aunque sí tenía en la mente aquello de “nunca llegues a parar donde veas perros flacos”, el vicio de la vanidad me llevó a repasar el texto (tengo un ejemplar guarnecido en vitola de vacuno nonato, un regalo) para poder copiar los dos sextetos que acompañaban a la frase, tirándome de paso el moco de parecer que poseo una ordenada biblioteca en la cabeza. Aunque tal cosa no existe, siempre quedan pedacitos de papel doblados en siete mitades entre los pliegues del cerebelo. Y uno de ellos, apropiado para este caso, es un trozo de las Coplas del Payador Perseguido, de Atahualpa Yupanqui, aunque yo siempre se la oí al malogrado y admirado Jorge Cafrune: “La vanidá es yuyo malo que envenena toda huerta. Es preciso estar alerta manejando el azadón, pero no falta el varón que la riegue hasta en su puerta.” Pese a que había cumplido con el encargo, desde entonces tuve el presentimiento de haber visto, leído u oído algo más sobre los canes a régimen. Puede que mi agilidad mental y la rapidez de reflejos vaya quedando cada vez más mermada por el puto Alzheimer de los cojones y que la ubicación de las escasas o únicas neuronas con las que nos adornamos los varones no suela estar precisamente en la cabeza, pero eso sí, cabezones somos un rato, al menos yo. Esta mañana, a eso de las seis, se me abrió el entendimiento y me quité un peso de encima. Al fin lo encontré, ya decía que lo había leído antes. Así que copio y pego:

 Mi caballo, el Desbocao, es mi amigo, medio de transporte, y a la vez, mascota. Y cuando lo digo, no puedo dejar de sentir pena por quien fué, en alguna oportunidá, mi mascota más preciada: mi perro, el Mamerto.
Pero, como en toda relación de amistá, a veces surgen diferencias.
Con el Desbocao, esas diferencias aparecen, cuando:
1) Yo quiero ir pa ´un lao, y él, pa ´otro.
2) Cuando cantamos a dúo. Al margen de la desafinación, el muy equino se niega a hacerme los coros, adotando un protagonismo que me enllena de rabia.
Y hablando de rabia, otra vez me acuerdo del Mamerto, que lo parió!
Ma sí... Si la melancolia me va ganando la pulseada, me dejo llevar por la derrota, aflojo los mocos, y les recito la puesía que le dediqué. No sin antes aclararle al disgraciao, que si un día quiere volver, la tranquera va a estar abierta para él. Venga solo, o acompañao...

El Mamerto

Si no saben entuavía
yo tenía un perro flaco.
Un buen día, el muy macaco
se pirdió tras una hembra.
Después ´e una noche de siembra
volvió entuavía más flaco.

Lo senté bajo la luna
y le hablé de hombre a perro.
Le dije:-
Le diste fierro?
Ahura te quiero ver.
Quién les va a dar de comer
a los cachorros, Mamerto?

Me miró como diciendo:
-Quién me quita lo bailao?
Y se quedó ahí, sentao,
como pidiendo perdón.
Le dí flor de patadón
y lo rajé de mi lao.

Ahura estoy arrepentido.
-Tanto tienes, tanto vales,
decía el gaucho Rosales.
Y nunca nada más cierto.
Cómo lo extraño al Mamerto!
Que vivan los animales!



Esto está sacado de un blog argentino, La Pluma del Nemesio, un tipo sensible y sencillo de entender pese a que no se sepa lunfardo. Lo repasaré de cuando en cuando para cultivarme, por aquello de que "la arena es un puñalito, pero hay montañas de arena", aunque cada vez escribe menos y más distanciado. Lástima, ahora que ya lo había colocado entre los favoritos para no volver a perderlo. Imagino que a Nemesio le habrá ocurrido lo que tarde o temprano nos ocurrirá un día a todos, se habrá cansado.

sábado, 22 de enero de 2011

Clorato potásico



Esto de la ilustración es una cajita de cartón que venden en las farmacias y que por dentro viene lo que dice por fuera. Cosa lógica, porque si uno va a la farmacia y compra una caja de pastillas de clorato potásico, lo que menos podemos esperar al abrirla es encontrarnos dentro, por ejemplo, tres condones debidamente enrollados y lubricados. Más que nada, porque sería de mal gusto tener que ir a la farmacia a pedir una caja de Durex o Prime cuando lo que en verdad necesitamos es el clorato potásico. Hecha la introducción aclaratoria, diré que en el prospecto se indica que estos comprimidos sirven, al chuparlos, para el alivio sintomático de la sequedad de la boca y el mal aliento consecuente. Lo que no estoy en disposición de asegurar es de si para tal alivio de síntomas también pudieran valer los preservativos, aunque creo que ahora los hay de sabores y nunca se sabe. Estas cosas del progreso a veces nos despistan y, como prueba de ello, tengo por ahí una foto de una máquina expendedora de profilácticos en donde alguien escribió al lado de la ranura de las monedas: “Estos chicles son un asco”.
El caso es que el KCIO3 (clorato potásico) puede usarse también, además de para el alivio sintomático de la sequedad de la boca y el mal aliento consecuente, para hacer unos fuegos artificiales en la mesa, a la hora de los postres de Nochebuena y los peques que están alrededor flipan en colores. En definitiva, es uno de los componentes de las diversas clases de pólvora que existen en el mundo. Las más industriales usan nitrato sódico o nitrato potásico, pero esos son más higroscópicos, no se venden en las farmacias y dan menos colores. Como ahora no voy a ponerme a explicar la reacción química del asunto, quién es el comburente y quién el combustible, resumiré y acabamos.
Necesitamos azufre en polvo (lo venden en droguerías para echar por las esquinas y evitar que los perros se hagan pis). Y carbón (un trozo de esos vegetales que empleamos para la barbacoa). En un mortero, reducimos a polvo las pastillas del clorato. Quitamos el polvillo y en el mismo mortero reducimos a polvo el trozo de carbón. Ya tenemos tres polvos y esto no es una orgía, aviso. Mezclamos los tres en las siguientes proporciones: mitad de clorato potásico, 35% de carbón y 15% de azufre.
Y esta mezcla, la ponemos haciendo una raya larga en un plato o sitio que aguante el fuego. Después, a la raya esa la encendemos por una punta y… arde, haciendo fosforitos.
No se aconseja esnifarla ni aunque nos hagamos ilusiones.

Ay, poetas...



A ver qué coños escribo yo ahora
si no tengo ganas de buscar rima
ni contar mi, me, tu mamá me mima
ni decir ti, te, mi papá te adora.

Es la evidencia de quien atesora
borrar el precio inútil de la prima
pagada de balde en aquesta sima
de la que salí, parece, a deshora.

Para ir tirando por lo indefinido
esta tarde, al despertar, me hice un reto:
escribir sin ton ni son ni sonido.

Mas, dicho sea con todo el respeto,
me parece que al final me ha salido
otra séptima mierda de soneto.

IPS


Hoy Ramondd, está escpecialmente inspirado.
Feliz sábado para ti también...

LO DICE CLINT...

Ha vivido mucho, por algo será... sí

viernes, 21 de enero de 2011

EL ALUMBRE





El alumbre es un tipo de sulfato doble a base de un metal trivalente, como el aluminio, y otro monovalente, como el potasio. El clásico, el de toda la vida, es el sulfato alumínico potásico Ka Al (SO4)2. 12H2O. El 12H2O es que tiene 12 moléculas de agua para esas cosas de la hidratación y demás.
Se recolecta como mineral en sí mismo, en piedras transparentes y cristalinas y antiguamente se usaba como desodorante natural, se quedaba la axila hecha un primor después de estarse uno media hora rascándose el sobaco con una piedra de alumbre. Así estaban los antiguos, que ni levantar la espada podían.
Como es astringente y cáustico, también se usaba en Medicina y en las barberías. Antes, cuando los barberos afeitaban a navaja, se les iba la mano por cualquier tontería y te atizaban un tajo debajo de la oreja o a la derecha de la nuez, sacaban un lápiz, lo restregaban por la raja antes de que se salieran las tripas por ella y aquello se quedaba como si no hubiera pasado nada. Pues ese lápiz era de sulfato alumínico potásico, que se sepa. También se usa en la depuración y filtros de agua como, por ejemplo, en los acuarios. Y en otras cuantas cosas más que ahora no me voy a poner a contar.
Una de las características del sulfato este es que si lo disolvemos en agua y luego ese agua se evapora, produce una cristalización en un sistema cúbico que, observada con lupa, relaja el espíritu y la paz y sed de justicia. El caso es que, pese a que la Navidad se acaba de ir como quien dice, también podemos hacer lo siguiente:

1) Compramos el mineral este de marras (no más de tres toneladas)
2) Disolvemos en agua en proporción 70 gramos de sulfato por 100 ml de agua.
3) Tintamos la solución con el color que nos parezca.
4) Compramos papel secante tirando a duro en la papelería (no más de seis metros cuadrados).
5) Le damos a la imaginación para recortar el papel secante y hacer una figura adecuada a los tiempos que corren.
6) Ponemos la figura en una base dentro de un plato.
7) Colocamos la solución tintada en el plato, dejemos que el papel secante aspire el líquido por capilaridad y el tiempo, la evaporación y la paciencia hará el resto.

Al final, puede salirnos un arbolito verde como el que ilustra este post. O un arbolito magenta como el que lo finaliza. Venga, manos a la obra.

jueves, 20 de enero de 2011

NUNCA CIERRES LOS OJOS...


Ramondd nos envía este mensaje lleno de optimismo y de esperanza y un enlace que vale la pena mirar:


http://www.elcorreoweb.es/massevilla/113936/nunca/cierres/ojos

DE LA PULSIÓN DEL ARTE Y LA LIBERTAD

El arte es una pulsión de los seres humanos y muy posiblemente la única que nos diferencia del resto de los animales. Desde el principio de los tiempos hemos necesitado de tal facultad para expresar nuestros pensamientos más íntimos y, sobre todo, nuestras dudas y miedos.

Todo es dinámico a imitación del universo y nada es perfecto tampoco.
Nuestra aproximación a las artes se produce por una hipersensibilidad que estoy seguro todos tenemos, si bien se necesita de la voluntad ya sea consciente o inconsciente, para poder desarrollar esta dimensión. Sin arte la vida carece de sentido estético. Son favorecedoras de las libertades y propician las pautas para que podamos expresarnos sin complejos, alabemos aquello que nos agrada y critiquemos lo que les produce reparos o nos disgusta. La libertad está íntimamente unida a las artes, pondré un ejemplo: si un grupo de indígenas, en medio de un gran territorio, sufren el ataque de una estampida de animales salvajes y, como consecuencia de ello, mueren varios de sus componentes, es muy posible que alguno en su desesperación golpee un tronco hueco para contarlo a toda la jungla. Un hecho así, lógicamente no es arte sino comunicación, ahora bien, si ese mismo individuo se siente triste o alegre aunque no le haya pasado nada, ni su vida corra peligro, pero recuerde la cara de su madre o de su hijo de su esposa, si esa persona golpea el tronco al principio para desahogarse y luego, con cierto ritmo, sí está creando arte ya que nos está relatando un proceso íntimo y abstracto desarrollado en la compleja estructura neuronal de su cerebro. El golpeo del tronco deja de hacerse monótono y comienza a crearse combinaciones de ritmos y melodías que la hacen agradables a otras personas y eso hecho es arte en sí mismo.

El artista cuando crea es un ser absolutamente libre. El poder es plenamente consciente del peligro de libertad y de arte en las sociedades y lucha contra ello. Todo individuo libre es peligroso para el poder y puede hacer tambalear su supremacía.

La libertad y el arte están reñidos con el poder y, es por eso, que la historia nos enseña que los grandes poderosos se preocuparon de acaparar a sus artistas para que los alabasen y glorificasen para la eternidad. Repletos y amontonados están los vestigios que demuestran esta afirmación mía, las iglesias se han encargado de que se pinten machaconamente miles de imágenes supuestamente santas. Emperadores, reyes y aristócratas, emplearon como siervos a los más grandes artistas, con el único fin de que sus nombres y sus vidas pudiesen ser conocidos a través de los tiempos, independientemente en muchos casos del desprecio de éstos por las artes.

Cantidades ingentes de recursos se han invertido en erigir los edificios singulares que hoy admiramos, pero en su fuero interno únicamente preocupaba que se supiese quien los había mandado construir.

Y llegamos al siglo XXI, aunque demos un salto grande y nos encontramos con nuevas herramientas virtuales que favorecen a una gran mayoría –lamentablemente todavía perteneciente únicamente al primer mundo-, que tiene acceso por primera vez, desde sus casas, por muy apartadas que tales estén a la información, economía y también al arte. Al poder eso le aterra y le preocupa, debido a que como esas personas ya pueden establecer juicios críticos sobre el arte, también lo pueden hacer y de hecho lo hacen, de sus gobernantes.

Ahora entiendo perfectamente las trabas que las grandes compañías y sus títeres -los gobiernos supuestamente democráticos-, están introduciendo en la red.

Jesús María Serrano