No dejaríamos que nos quemaran por nuestras opiniones...tampoco seguros estamos de ellas,..pero si quizás por el derecho de tener opiniones propias y de poder cambiarlas.
Cuida que tu reposo y tu contemplación, no sean como el del perro delante de la carnicería. El miedo no le deja avanzar, el deseo le impide retroceder, y abre unos ojos tan grandes como bocas.
Obstinarse.. El camino mas corto, no es siempre la linea recta, sino el que tiene el viento a favor de nuestras velas...
Y final.. este humilde bloguero, no necesita que nadie le refute. ya se encarga el de ello..
2 comentarios:
Pues mira tú, por donde, esta mañana me has arrancado una sonrisa, grande... grande...
Besos
Oiga, joven, el que le refute a ud., jajajajaja, tendrá que verselas conmigo.
Un beso, resalaó. Ziencia
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