para dibujar un lienzo, donde la imagen se transforma
en algo bello.
Otras veces, los demonios acuden a mi encuentro,
se introducen tan dentro, que solo puedo acurrucarme
para no sentir miedo.
El pincel descansa sobre el lino viejo, toma vida
de la nada, comienza su trabajo sin descanso,
traza líneas al viento.
Trazos precisos que transforman lo vacío en algo
lleno, impulsos del corazón que intentan llegar
al alma del incauto viajero.
El lino se transforma en una imagen para el recuerdo,
un instante para la eternidad, guardado al fondo
en el arcón del tiempo.
Marisa
4 comentarios:
estupendo texto, marisa, una artista estas hecha
ramondd
Marisa, me gusta lo que escribes y además, estoy encantada de que, por fin, hayas decidido compartirlo.
Toda una poetisa, genial marisa que bueno que lo compártas!!
mar
!
Patético, marisa/maripepi/marichuchi
Lordcanciller
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