En el silencio de la noche, yo me desperezo;
al volverme, me incorporo y te observo.
Quiero velar tu sueño, quiero pintar un lienzo
en mi memoria.
Sin poderlo resistir, mi dedo índice cobra vida,
y comienza el recorrido por tu rostro...
Se detiene pausadamente en los surcos
marcados del tiempo, esas líneas acusadas
por mil preguntas sin respuesta.
Me recreo en las curvas de tus ojos, cuento
cada pelo de tus pestañas; te recuerdo
sonriendo con ellos.
Suspiras... me detengo, me llevo el pincel
a mis labios y lo beso.
Reparo en tu boca entreabierta y sonrío
al recordar que hace sólo una hora recorría
mi cuerpo.
Desvio la mirada turbada, pensando que
estoy cometiendo un sacrilegio, no quiero
ser dueña de tus secretos.
Como si leyeras mi mente, te das la vuelta
y me abrazas... y en un leve susurro,
como si no quisieras romper el ensueño,
me dices: ssssssssss, TE QUIERO!.
-MARISA-
6 comentarios:
gracias Marisa.. precioso, anímate mas veces, que tu puedes
Que bueno Marisa!!
un abrao
mar
Me ha gustado mucho, Marisa. Excepto el final. Ese susurro de silencio rompe con toda la estética visual y estilística del poema. Sin mencionar la intensidad del sentimiento que desgranan, que también queda tremendamente dañado con ese final con el que se pide silencio.
Un saludo.
Alacena de las Monjas
Estupenda composición, poetisa.
ramondd
Bellísimo, Marisa.
Esto es poesía, sí señor. Me ha encantado.
El ritmo maravilloso. Nada de pedantería, nada, las palabras limpias, las exactas.
Incluso ameno, con intriga, yo me lo imaginaba todo.
Este poema debiste enviarlo el lunes, Marisa, día de San Valentín, es un digno poema de amor.
Gracias por compartirlo.
Precioso, marisa
Publicar un comentario