De vez en cuando, me gusta revisar la biblioteca, y siempre acabo reencontrando viejos libros, casi olvidados, libros que en algún momento, alguien me regaló, o que me llamaron desde el estante de alguna librería y como cachorro perdido, me los llevé a casa.
Hoy, entre los más humildes de ellos, escondido entre los de bolsillo, pequeño y agazapado, he encontrado uno que me ha devuelto a mis tiempos estudiantiles, cuando todavía pensaba que mi vida iba a ir por los sinuosos derroteros del arte
Se trata de un librito de apenas 90 páginas, que se llama “el elogio de la sombra” de Junichiro Tanizaki. Habla Tanizaki de la diferente percepción que tenemos en Occidente con respecto a Oriente de la belleza y de la luz; dice que asi como en Occidente la luz es el más poderoso aliado de la belleza, en Oriente es la Sombra.El arte Japonés se basa en captar la esencia de la sombra. Para un japonés lo bello no es la sustancia en si, sino el juego de claroscuros que forman las diferentes modulaciones de las sombras.
Desde el concepto de casa japonesa, hasta la más prosaica de las estancias de una residencia japonesa, están concebidas para que la belleza de las sombras, formen parte de la vida diaria.
Los shoji.. los paneles de papel que hasta no hace mucho eran los tabiques de las casas japonesas, cumplían esa labor, dando una apariencia de sombras chinas a los que los habitaban.
Para el occidental el brillo es bello, para el japonés lo opaco. Un occidental limpiaría sus cubiertos y utensilios de plata hasta que estuvieran brillantes, un japonés los deja que la pátina los vaya matizando hasta que casi su brillo desaparezca.
Una casa tradicional japonesa, es como un dibujo en tinta china, tiene su parte donde la tinta se concentra, el Toko no ma, (donde no llega el sol), normalmente la única decoración de la estancia y luego a su alrededor objetos puestos como claroscuros de sombras rodeándolo..
Maravilloso estudio del concepto estético y pensamiento Oriental en unas paginas, en las que Tanizaki, va desgranando desde los colores de las lacas, los trajes, los efectos de las luces, el vestuario de las mujeres japonesas y la belleza de los espacios vacíos, es fantástica su descripción de el simple acto de tomar una sopa: “desde que destapas un cuenco de laca hasta que te lo llevas a la boca, experimentas el placer de contemplar en sus profundidades oscuras un líquido cuyo color apenas se distingue del color del continente, y que se estanca, silencioso, en el fondo.”
Tanizaki.... El Elogio de la sombra…(Ed. Siruela)
1 comentarios:
Theudis ,esto ya es de estudio ,ese libro estaba leyendo hace un par de días !!
al final Ramond me salvo con una postal oportuna!!
buen finde
mar
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