Se quedó extasiado mirándolo. Su atractivo color rosáceo y turgente pero muy suave piel lo cautivaron. Nunca había visto algo tan bello ni tan apetecible.
¿Te gusta Alba? –Preguntó.
Es precioso. ¿Puedo morderlo?
-Claro, pero no aprietes que puede doler.
-No te preocupes.
Y Alba hincó sus dientes y el néctar le llenó la boca.
Pues tenemos que ponerle un nombre Alba. ¿Qué se te ocurre Coque? Soy muy mala para la gramática.
Vamos a ver. –Intervino Coque. ¿Está rico? Y ella dijo que riquísimo.
Entonces está muy claro lo llamaremos albaricoque.
3 comentarios:
Tengo curiosidad por el melocotón, Patrón. Puedes sacarme de la duda?
jajajaja muy bueno.
Ilu
Resumiendo, Mr. Ripley. ¡te encanta el albaricoque!
Un saludo.
Alacena de las Monjas
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